La
base para enseñar la ética humana la encontramos en la triada individuo <> sociedad <> especie, tratada
a fondo en el capítulo número 3 del libro “Los Siete Saberes Necesarios Para La
Educación Del Futuro” de Edgar Morin.
En
palabras simples esta triada hace referencia a las condiciones del ser humano,
quien no sólo es un individuo producto/productor del modelo de reproducción de
su especie sino también parte de interacciones o relaciones interpersonales que
lo hacen pieza de la sociedad, así como esta sociedad también causa secuelas en
el individuo, formando muchos de sus aspectos.
Estas
interacciones (y sus secuelas) generan lo que es llamado “cultura”, concepto
que a su vez abarca las tres condiciones del ser humano (individuo <> sociedad <> especie) y las
reúne de manera tal que sean entendidas como una sola e indisoluble condición.
De esta manera, podemos ver como cada uno de los componentes de la triada es, a
la vez, factor y producto de la totalidad del bucle. Dicho de este modo,
entendemos que la composición de la triada está basada en tres términos que
coexisten de manera enlazada, ya que de otro modo no podrían ser concebidos ni
entendidos.
Es
bajo la comprensión de estos términos que surge la conciencia, y así la
antropo-ética, que tiene como objetivo humanizar al hombre, lo que
principalmente se refiere a fomentar, en la mente humana, el hacer el bien.
La
antropo-ética conlleva varios razonamientos que deben ser aceptados, como:
- La aceptación de la triada como condición natural
del ser humano.
- El logro de la humanización (fomentación de hacer
el bien) en la conciencia humana.
- Aceptación del ser humano con todas sus
contradicciones.
- Aceptar que somos formadores de las normas éticas
que nos forman.
- El respeto a las diferencias y a la diversidad.
- Desarrollo de valores como la solidaridad y la
comprensión.
- Enseñar la ética del género humano, como método de retroalimentación a la sociedad.